El cierre del fallido título de Sony reabre el debate sobre los derechos del consumidor en los videojuegos como servicio.
El desastroso lanzamiento de Concord, el shooter de Sony que fue cerrado poco después de su estreno en 2024, sigue dando de qué hablar. Su fracaso fue tan grande que ahora se discute en el Parlamento del Reino Unido, donde los legisladores analizan cómo proteger a los jugadores ante el cierre repentino de juegos como servicio. El diputado Ben Goldsborough citó el caso como ejemplo de una industria que no siempre comunica con claridad la duración o soporte de sus títulos digitales.
Durante la sesión, los parlamentarios debatieron la Digital Markets, Competition and Consumers Act 2024, una nueva legislación que exige a las empresas ofrecer información clara sobre la vida útil y funcionalidad de los productos digitales. En el caso de Concord, Sony emitió reembolsos a los usuarios, pero Goldsborough destacó que no todos los estudios actúan con la misma responsabilidad, dejando a los consumidores sin protección cuando los servidores se apagan de un día para otro.
El tema pone de relieve los riesgos del modelo live service, donde los juegos dependen del soporte constante de sus desarrolladores. Concord se ha convertido en un ejemplo de lo que no debe hacerse: un título sin identidad, con poco apoyo y un final prematuro. La discusión parlamentaria podría marcar un precedente importante para el futuro de los videojuegos como servicio y la transparencia hacia los jugadores.
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