La jueza encargada del caso, Jacqueline Scott Corley, rechazó de una vez por todas la demanda interpuesta por un grupo de jugadores a la compra planteada por Microsoft.
La demanda de los jugadores contra la adquisición de Activision Blizzard por parte de Microsoft fue rechazada de forma definitiva.
La demanda fue presentada por un grupo de jugadores que afirmaban que la adquisición viola varias leyes antimonopolio y reduciría la competencia en el mercado de los videojuegos. Sin embargo, la jueza rechazó finalmente la demanda y permitió que el proceso continúe.
Aunque esta demanda de los jugadores fue rechazada, Microsoft y Activision Blizzard todavía deben pasar por los filtros de los reguladores.