Entre lujos, falsas promesas y el espejismo del “final feliz”
Amores Materialistas, la nueva película de Dakota Johnson, Pedro Pascal y Chris Evans, ya se estrenó en cines. Tuvimos la oportunidad de verla y acá les dejamos nuestras impresiones.
Solamente una advertencia; este review sí tiene spoilers y opiniones algo fuertes sobre lo que la película vende como idea del amor. Así que, si no la han visto, mejor deténganse aquí. Si por el contrario quieren conocer de qué va este review y por qué tenemos opiniones tan divididas en la redacción, adelante.

Amores materialistas, oportunistas y conformistas
A ver, no. Esta no es la típica comedia donde la chica pobre conoce a un millonario que la enamora y luego son felices por siempre. No. Amores Materialistas nos presenta a Lucy (Dakota Johnson), una poderosa mujer de negocios (aunque su negocio sea un poco irreal). Pero sí, es una mujer empoderada y autosuficiente cuya labor en la vida es hacer parejas.
Por otro lado, tenemos al “Chayanne de esta generación”, encarnando a Harry (Pedro Pascal). Un soltero multimillonario, caballeroso, con gustos refinados y exquisitos. Y para completar el más perfecto triángulo amoroso, aparece John (Chris Evans); el ex amor de Lucy, estancado en el mismo lugar donde ella lo dejó, sin ánimos de superarse. ¿Ya van entendiendo la idea?

Lucy conoce a Harry el mismo día que se reencuentra con John, en una de las bodas que ella ayudó a organizar. A partir de ahí, la película toma un giro interesante: la mujer que nos presentaron como independiente, empoderada y triunfadora ahora está enamorada. Pero la pregunta que todos nos hicimos en la sala fue: ¿de quién realmente está enamorada Lucy?, ¿del que fue el amor de su vida, que nunca quiso superarse, o de la idea del amor que le profesa un multimillonario que cumple con todas sus expectativas?
Si bien la película es de temática romántica, uno hubiera esperado que el título Amores Materialistas tuviera un poco más de sentido. Sin embargo, el argumento se desploma en el tercer acto, cuando salen a relucir algunas verdades. Por ejemplo: sí, Lucy es materialista, pero Harry resulta ser un oportunista que toma lo más fácil como carta de presentación, y John encarna el conformismo absoluto, con la típica frase “pobre nací y pobre moriré”. Esto deja a toda la sala con un sabor agridulce por la decisión final de Lucy.

Los peligros de los amores materialistas
Uno podría preguntarse: ¿qué podría salir mal en una empresa como la de la película, que se encarga de emparejar personas con gustos afines y casillas de requisitos? Pues el filme se toma muy en serio esa pregunta y, con crudeza, nos muestra que sí, en efecto, hay muchísimos riesgos en poner algo tan delicado como el contacto humano en manos de una empresa.
Esto es algo que queremos rescatar de la directora Celine Song, que hace su debut con esta película. Uno de los mayores riesgos de dejar la privacidad, la intimidad y la seguridad en manos de terceros es que, al final, los candidatos siguen siendo extraños. Y el papel aguanta todo lo que le escriban: no se sabe quién está detrás de un currículo (en este caso un formulario de requisitos para hacer “match”). Esta advertencia se cumple en uno de los giros más fuertes del filme, cuando nos enteramos de que una de las clientas de Lucy fue agredida sexualmente por el candidato con el que ya tenía varias citas.

La película se torna muy fuerte en cuestión de segundos. A partir de ahí, la sonsa idea del amor queda en segundo plano para dar cabida a algo más importante: la sororidad y la seguridad. Ver el declive de Lucy, la empleada estrella de la compañía, no es solo doloroso, sino que nos permite empatizar con su sufrimiento. Este hecho se convierte en el detonante para que renuncie a una vida privilegiada con el que creía ser su príncipe encantado, y vuelva (cinco años atrás) a un punto sin retorno con un hombre conformista que justifica su falta de ambición con la frase “así soy”.
Es curioso ver cómo estos dos arcos se interconectan hacia el final del segundo acto y dan forma al tercero. Lo que no nos termina de convencer es la decisión de Lucy: renunció a una vida llena de comodidades por una razón sin peso, eligiendo un pasado del que ya había escapado. Está bien, entendemos que el amor no se fuerza, pero tampoco se vive solo de amor. ¿No era mejor dejar a Lucy sola, con su éxito y sus ganas de salir adelante? Ahí está la contradicción: nos presentaron dos personajes en una misma actriz que no terminan de encajar.

Conclusiones
Entonces, ¿nos gustó o no la película? La respuesta no es tan sencilla como un sí o un no. Los elementos de realidad (los peligros detrás de las apps de ligue o los riesgos de dejar nuestra intimidad en manos de extraños) están muy bien logrados, y nos gustó cómo lo plantearon. Pero en cuanto a la trama central y los tales “Amores Materialistas”, eso no terminó de cuajar. Para nosotros, no hay excusa válida que justifique la decisión de Lucy. Ahora bien, esto es un juicio de valor, no una verdad absoluta. Recuerden que esto es solo un review.
En fin, la película cumple con su objetivo: entretener, hacer suspirar con las escenas de amor entre los protagonistas y, sobre todo, por la suerte de Dakota Johnson de poder escoger entre Pedro Pascal y Chris Evans. Pero tengan claro algo: al final no gana el amor, porque eso que se ve ahí, no es amor.
Nos vemos en un próximo review.
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