Un regreso sangriento y brutal con Kyle Crane en busca de venganza.
Sin lugar a dudas, uno de los lanzamientos más esperados de este 2025 ha sido la continuación de la historia de Dying Light. Por supuesto, regresamos a la piel de nuestro amado protagonista Kyle Crane, quien en esta ocasión tiene como objetivo la venganza y hacer pagar a los captores que durante tantos años experimentaron con su cuerpo.
Con esta premisa damos inicio a una nueva aventura marcada por mucha acción y, sobre todo, mucho más gore y desmembramientos como nunca antes lo habíamos visto en la saga. Hablando de lo visual, hemos podido observar varios detalles que nos han agradado. A pesar de que gráficamente no es revolucionario, sí mantiene los estándares necesarios para ofrecer escenarios bellos en contraste con entornos repletos de infectados.
Podremos apreciar detalles como el daño que causamos a los enemigos, cortando partes de sus podridos cuerpos con armas de filo como cuchillos y espadas. Sin embargo, nuestro momento favorito llega al usar armas contundentes como martillos o palas, ya que incluso podremos ver partes de los órganos expuestos, como el cerebro o los huesos.
El combate también se siente más fluido que en otras entregas e incluso un poco más castigante, ya que no podremos abusar del sistema de reparación de armas como antes. Estaremos limitados a un número reducido de reparaciones, lo cual se resentirá bastante si eres de los que disfrutan acabar con todos los zombies en tu camino. Esto nos obligará a ser más cautelosos y escoger con cuidado nuestras peleas, así como las zonas que deseemos explorar o liberar de amenazas, como por ejemplo una tienda de herramientas donde encontraremos bastante loot para fabricar, mejorar y crear objetos, pero que estará repleta de infectados.
Además de tener que ser muy cuidadosos con nuestro inventario, es importante tener en cuenta la nueva mecánica de “Modo Bestia”. Esta nos permitirá aprovechar la infección de Kyle y entrar en un estado berserker donde ningún infectado o mutación podrá hacerle frente, reduciendo considerablemente el daño recibido, aumentando el que infligimos y rellenando nuestra barra de vida si entramos con salud crítica. Sin duda, puede salvarnos de situaciones muy complejas.
Contaremos, por supuesto, con un árbol de habilidades donde aprenderemos a controlar este modo y fortalecerlo, así como otras tres ramas que nos permitirán mejorar el sigilo, el dominio de armas y las recetas para craftear. Incluso podremos fabricar un lanzagranadas o potenciar nuestras habilidades de parkour para recorrer este vasto mundo. Es un sistema más simplificado de lo que la saga nos tenía acostumbrados, pero más amigable para cualquier jugador.
La noche traerá más peligros que nunca. Sentiremos la adrenalina y el peso de los enemigos acechando las distintas zonas, con una ambientación muy bien lograda. Durante los primeros días de juego realmente nos dará miedo que llegue la noche, ya que probablemente no logremos sobrevivir sin refugiarnos en una zona segura hasta el amanecer.
Definitivamente Dying Light: The Beast no decepcionará a quienes aman los shooters, la supervivencia y el horror. En esta ocasión, incluso incluye decisiones que nos harán cuestionarnos tanto moralmente como en cuál será la ruta correcta, aunque con un impacto menor que en otras entregas. Aun así, añade un giro interesante a nuestras partidas.
Algo que también nos encantó fue el paquete deluxe. Si bien nos da un pequeño empujón, no es como en otros juegos donde se siente un boost demasiado potente desde el inicio. Por el contrario, casi no notarás los nuevos objetos, y la protección de la ropa será la justa para sobrevivir sin confiarte demasiado.
Un título que promete cientos de horas de juego y diversión, especialmente si lo disfrutas en compañía de hasta 4 amigos, compartiendo juntos esta experiencia.
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Información importante: reseña realizada gracias a un código para PC (Steam) proporcionado por Techland.