El cofundador Andrew Gavin revela los motivos detrás de la histórica adquisición y cómo marcó el futuro del estudio.
En una reciente publicación en LinkedIn, Andrew Gavin, cofundador de Naughty Dog, compartió detalles inéditos sobre la decisión del estudio de venderse a Sony en 2001. Según Gavin, la adquisición fue impulsada principalmente por el creciente costo del desarrollo de videojuegos, que pasó de modestos $50,000 en los años 80 a presupuestos multimillonarios en los 2000. Títulos icónicos como Crash Bandicoot y Jak & Daxter reflejaron esta tendencia, con este último alcanzando un costo de $15 millones, lo que generó una presión financiera insostenible para el estudio independiente.
Gavin explicó que la venta no solo aseguraba estabilidad financiera, sino que también brindaba a Naughty Dog los recursos necesarios para continuar creando juegos de alta calidad sin el temor constante de que un error pudiera llevar al colapso del estudio. «Venderse a Sony fue la decisión correcta para garantizar un futuro sólido, permitiéndonos enfocarnos en la creatividad en lugar de preocuparnos por los presupuestos», afirmó Gavin.
Hoy, Naughty Dog sigue siendo uno de los pilares de PlayStation, aunque la industria enfrenta desafíos similares. Gavin señala que incluso bajo el paraguas de grandes corporaciones, los estudios no están exentos de riesgos, como lo demuestra la cancelación de The Last of Us Factions. Sin embargo, con su reputación y respaldo, Naughty Dog continúa intentando mantenerse relevante en la industria, aunque con títulos como el recién anunciado Intergalactic: The Heretic Prophecy, la polémica ha vuelto a asechar al estudio y los jugadores están a la espera de más información sobre este juego.
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