Un juego extraño, pero relajante.
Sixty Four es un juego extraño, pero a su vez relajante y, curiosamente, requiere de mucho grindeo. No es un juego de construir fábricas como esperaba, pero tampoco es un juego que dejas ahí quieto en idle sin hacer nada e intervienes de vez en cuando. El juego no tiene nada que ver con diseñar una planta automática ni de maximizar los recursos obtenidos, sino más bien de maximizar los recursos que conseguimos. ¿Curioso, no?
El juego es bastante simple inicialmente, entras a un vacío, encuentras una máquina y debes hacer clic en ella para obtener recursos, luego construir más máquinas y de esa forma obtenemos más recursos. El mouse lo moveremos únicamente a los lugares que nos interesan para ir planificando poco a poco lo que haremos y si debemos interactuar con lo que construyamos ya que nada se hará de forma automática. Sixty Four en este sentido es algo rutinario, y disfruté mucho de jugarlo en la ROG Ally gracias a la pantalla táctil, siento que así lo disfruté aún más que en mi PC dando clics.
Inicialmente conseguiremos piedras huecas que bien son un recurso básico, cuesta obtenerlas y por eso la primera máquina que conseguimos lo que hace es duplicar la tasa de obtención de estas. Para recolectarlas deberemos “picarlas” con el mouse o el dedo, por lo que pueden llegar a ser tediosas, especialmente por ser el recurso más común del juego. Conforme construimos equipo y avanzamos en nuestra “exploración” conseguiremos gemas, las cuales tardan aún más en romperse e incluso son un recurso todavía más limitado.
Hablando de diseño del juego, este tiene mucho que ver con el aspecto sonoro del mismo. Ya que se busca darnos un sentimiento de vacío y soledad inicial, pero con una máquina que rompe esa tranquilidad. Conforme avanzamos en la instalación de más máquinas podremos ir escuchando aún más sonidos y el juego se vuelve toda una orquesta de máquinas. Es un sentimiento extraño como te decía, pero a la vez algo satisfactorio ir desbloqueando esos sonidos en el juego.
Finalmente, la interfaz de usuario es bastante ágil y simple. Ya que el juego es casi un clicker, lo que buscan es que tengamos siempre a mano las opciones necesarias y nos concentremos en lo que estamos haciendo con las máquinas, así que puedes ver la pantalla muy vacía, pero las opciones siempre están a mano.
Veredicto
Sixty-Four no es un juego para todos los gustos. Lo primero que debes tener en claro es que aquí no hay nada automatizado y no hay forma de hacer tu planta automática. Tienes que interactuar con el entorno y si buscabas algo tradicional con procesos automatizados, aquí no lo encontrarás. Eso sí, el juego mantiene ciertos elementos de los juegos de construcción automática que le sientan muy bien y lo vuelven interesante de jugar, pero es una experiencia completamente distinta a lo que puedes estar buscando.
Información importante: reseña realizada gracias a un código para PC (Steam) facilitado por Oleg Danilov y Playsaurus.
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